Soñé que a la naturaleza se le ocurrió que a toda madre debía dotarla de un brazo extra a partir de su tercer hijo, es que no es posible asociar a la madre y al hijo sin la fusión de sus manos aunque sus ojos miren en distintos sentidos. Luego la naturaleza entendió que el problema se generaría a partir del quinto hijo porque es el amor del padre el que extiende sus dos brazos complementando el cuadro.
La naturaleza aún se encuentra evaluando.
Cecilia Cerdeña
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