sábado, 18 de diciembre de 2010

EL COSTO DEL DESEO


Es EL DESEO madre del PENSAMIENTO.

Aquellas manitas no se apartaron de la pared mientras los más elaborados pasos deleitaron y conquistaron al pleno convocado hasta el derroche de ovación.

Ahora le corresponde despegar las manitas y hacer consistente su visión.

El altísimo costo del DESEO es la obligación implícita de hacerlo germinar, de lo contrario no es más que un deseo ajeno.

Cecilia Cerdeña

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