Todo el pueblo salió a las calles a brindar por su felicidad, finalmente Penélope terminó de bordar su hermosa túnica blanca y está lista para recibirle, él siente a su amada llamándole en armonía y aprieta su paso cargado de toda la ilusión. Argos ronda inquieto la costa marcándole la senda y cuidando los cabos del ovillo que hoy los separa y que más pronto los reunirá.
Ella tiene una mirada tierna y madura, su juventud tejida está entre los algodones y sedas que la visten.
Sigue mujer en paciente espera que tu señor no termina su misión aun y aunque su pasionado corazón ya reposa a tu derecha.