Una mañana desperté sin saber porqué ni desde cuando me encontraba plantada a mitad de tan espléndida y digna escalera, yo, sin siquiera preguntarme las razones de mi presencia ahí me empoderé y afirmando mi paso fuí disfrutando cada escalón hasta encimarme para decidir no bajar jamás, al menos como invitada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario